Yo soy un man serio

jueves, agosto 02, 2012

Creo que es verdad de que lo que le dicen a uno los demás lo marca. O como dirían algunos entendidos, la palabra tiene poder.

Desde niño y siendo adolescente mucha gente me preguntaba de buenas a primeras, si estaba enojado (bravo, era la palabra usada). Y yo siempre afirmaba lo mismo: que no estaba bravo, sino que era serio.

Y luego de ver que era una conducta repetitiva, esos comentarios me inspiraron a cambiar. Me esforcé por tener sentido del humor. Y la mejor manera de hacerlo, dado que tenía buena memoria, fue contar chistes. Por ese motivo me gustaba ver Sábados felices, aunque no entendía muchos de los chistes que allí salían porque eran para un público cachaco, con términos cachacos. También veía Cheverísimo por Telecaribe, y Ordóñese de la risa, creo que en el canal A. Otro programa que veía era "La grua", que contaba con la participación de Felix Zuluaga, el hijo de Montecristo.

Y luego de ver los programas salía a contar los chistes. Pero no con el resultado que esperaba, siendo tildado de huesero (aún en la actualidad me tildan de huesero, pero eso no permite que me desanime). Y luego de contar los chistes a mis amigos y a los familiares de mi papá y de mi mamá, soñaba con la posibilidad de contar los chistes en Sábados felices. Fue algo que nunca me animé a hacer y hoy me pregunto si me animaría a hacerlo.

Fuese como fuese, para contar los chistes, tenía que conocer a la persona y tenerle algo de confianza, y para que ese llegara a pasar tenían que lanzarme la frase típica: ¿por qué estas bravo? Y luego de esto venía la respuesta típica: No estoy bravo, yo soy serio.

Los que me han llegado a conocer saben que tengo buen sentido del humor (eso es lo que yo creo, si no es así me lo dicen personalmente y trataré de mejorar) y por tal motivo, llegan al punto de no creerme lo que digo cuando hablo en serio. Y eso me molesta completamente. Digo, no tengo la cara pintada ni hablo con voz chistosa (eso es lo que yo creo nuevamente, y si me lo van a decir sean más suaves en este sentido). Pero en momentos quiero ser serio. Y digo cosas en serio. Y me duele que conociéndome no reconozcan cuando hablo en serio.

Incluso, recuerdo que me costó el declarármele a una muchacha para que se riera en mi cara pensando que le estaba mamando gallo. Y claro, fue doloroso, pero para que no lo fuera tanto, tocó improvisar y decir que estaba efectivamente mamando gallo.

Y hace unos días cuándo comenté algo sobre mi situación por twitter, me respondió @jgoper en las siguientes palabras textuales:

tu no eres serio ni cuando eres serio
Así que nuevamente he quedado encasillado, aunque para ser sincero prefiero este encasillamiento actual.

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